La inmunidad innata o inespecífica es aquella que se encuentra en todas las personas desde el momento de nacer y que se caracteriza por su capacidad de reconocer agentes patógenos gracias a la presencia de patrones moleculares conservados presentes en la superficie de estos, conocidos con el nombre de PAMP.
Los PAMP pueden ser reconocidos por unos receptores especiales llamados 'receptores de reconocimiento de patrones' (RRP) distribuidos de manera amplia en células fagocíticas.
Algunos PAMP pueden ser: lipopolisacáridos bacterianos, la proteína flagelina, los ácidos nucleicos virales, entre otros.
La activación de la inmunidad inespecífica es una puerta hacia la inmunidad adaptativa (específica), pues por ejemplo aquellas células dendríticas que poseyendo receptores RRP y reconociendo al agente, posteriormente, logran migrar hacia los órganos linfáticos secundarios donde generarán una presentación antigénica para despertar una respuesta específica con la presentación de los antígenos a linfocitos T CD4+ o CD8+.