Si bien esta familia de receptores no están contemplados dentro de los RRP, algunos autores sí los incluyen en el grupo. Los receptores de peptidos formilados son parte de la familia de receptores asociados a proteína G relacionados con la quimiotaxis, estos receptores fueron originalmente identificados por su habilidad de unirse a péptidos N-formilados, tal como es el caso de N-formilmetionina producida por la degradación bacteriana tanto como por las células infectadas.
Este tipo de péptidos a los cuales los RPF se unen, median una importante actividad quimiotáctica sobre las células fagocíticas y en especial sobre los neutrófilos. Los RPF se componen entonces de siete dominios transmembrana (hidrofóbicos) los cuales interaccionan entre sí y con moléculas adyacentes a fin de generar una respuesta adecuada ante el estímulo externo (unión con su ligando). Están emparentados con receptores de C5a y C3a.
Señalización interna del receptor
Al ser un receptor de membrana requerirá de segundos mensajeros para la estimulación de una respuesta celular que puede ser en forma de modificaciones en el citoesqueleto (para garantizar una migración) o bien en forma de secreción (síntesis) de quemoquinas.
Por un lado la proteína G asociada al receptor generará la activación de la fosfolipasa C que posteriormente generará a partir del fosfatidilinositol 4,5 bifosfato (PIP2) los productos diacilglicerol (DAG) y fosfatidilinositol 3 fosfato (IP3). IP3 estimulará la apertura de canales de calcio produciendo un aumento en la concentración intracelular de este ión mientras que DAG inducirá a la activación de la proteinkinasa C (PKC) y sus correspondientes vías que pueden desembocar en la inducción génica.
Por otro lado la activación de una GTPasa llamada RAS activará una vía llamada de las MAPkinasas. (RAS activa a RAF, RAF a MEK, MEK a MAPk). Todo desembocará en la activación de ERK1 y ERK2 que mediarán la inducción génica para la síntesis de proteínas (citoquinas por ejemplo).
Finalmente, la activación de los FPR por parte de algunos ligandos puede desembocar en la inducción de CD38, una enzima relacionada con la membrana celular que mediante un segundo mensajero basado en NAD+ provocará la apertura de os canales de calcio en el retículo endoplasmático. El calcio es importante para la contracción del citoesqueleto y migración de la célula.